Catar un vino es distinguir y reconocer, según una técnica y un vocabulario preciso, sus cualidades y sus defectos antes del placer de beberlo.
Si observamos a un catador veterano, apreciaremos el siguiente proceso: mira, olfatea, degusta, escupe, toma algunas notas y pasa
INCLINE LA COPA mientras la aleja hasta que esté casi horizontal. Esto permitirá examinar el color, así como la anchura y los matices del “borde”.
SOSTENGA LA COPA por el fuste o por el pie, entre el pulgar y el índice, a fin de ver claramente el vino. Haga una primera tentativa de olerlo antes de hacerlo girar.
HAGA GIRAR EL VINO en la copa. Para imprimir un movimiento del rotación, la mayor parte de los expertos giran suavemente la copa en el sentido inverso a las agujas del reloj.
EXAMINE las “lágrimas” o “piernas”: ¿son espesas o delgadas? ¿descienden lentamente o rápidamente por las paredes interiores? Aspire el vino alternando inhalaciones cortas y profundas, suaves e insistentes. Concentre su atención en los olores y en lo que le evocan.
PRUEBE EL VINO reteniendo en la boca un sorbo razonable; “mastíquelo” durante algunos segundos y después entreabra los labios y aspire levemente para “airear” el vino.
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